sábado, 16 de febrero de 2013

El Ángel, Clarinda sin Cabeza - El Ángel sin Cabeza


Este libro, aunque menos clásico (es decir que no se estudia en el colegio y no se le considera uno), tiene el mismo tipo de premisa que Ana y Bovary: la mujer aburrida engaña a su esposo con un(os) hombre(s) dreamy; aunque con un giro trágico a otro, otro nivel.

Clarinda, la Condesa de Driesen era, para mí, una joven mucho más dulce y noble que Ana o Emma, con un esposo aburrido, fútil, en las nubes... pero no mala persona; con una vida más del tipo de Ana (al ser de la realeza), soñadora, ingenua y con ganas de vivir; pero sin esa actitud egoísta odiosa. Clarinda conoce a Felipe, el hombre latino exótico perfecto para el trabajo de ser su amante; pero nunca se imaginó (ni yo) que este amor la llevaría a verse envuelta en la revolución por la independencia mexicana. Otra diferencia entre Clarinda y las otras dos señoritas, es que Felipe si la amaba y no dejó de hacerlo, dicho de otro modo, ella sí encontró al amor de su vida en este hombre; aquí si hay una historia de amor.

La analogía del título me parece fabulosa, Clarinda perdió la cabeza (y el cabello por un hombre) y su "tumba" igual. Al fugarse con su amante (aunque se le dio por muerta, de ahí la existencia de la tumba) perdió su estatus de mujer digna y respetable, esposa de un conde igualmente respetable... dejó de ser un ángel, física y espiritualmente.

Otra cosa que me encanta, a pesar de que le tengo cariño a Clarinda, es que toda su fantasía de huir con el hombre de sus sueños, dejando atrás para siempre la vida como la conocía... no resultó nada fantástica, su nueva vida fue más allá del desastre y aunque definitivamente fue una aventura, no creo que fuera del tipo que ella esperaba. El romance idílico desaparece rápidamente y es como que si se volviera otro libro, rompe con la similitud con las otras 2 novelas mencionadas y el contraste entre los 2 mundos en los que vivió Clarinda es increíble. Mi perspectiva latina me ayudó mucho a ubicarme en la historia e imaginarme sus escenarios (apreciando las no tan trilladas menciones al Perú) y la idea de que una hermosa condesa alemana estuviera metida en esta lucha mexicana me resulta fascinante.

La desgracia y el "precio" por su pecado llegan también para Clarinda, yo diría que de manera mucho más cruel; claro que realmente no estaba dirigido a ella, de hecho no tenía nada que ver con ella; simplemente que ella estaba ahí y resulta parte de su karma finalmente.

Este libro si lo amo categóricamente, sin contradicciones, casi sin pesadillas; aquí siempre me conduelo con la protagonista, la quiero, quiero que sea feliz con Felipe y sufro mucho junto a ella. Clarinda fue mucho más valiente y menos melodramática que Emma o Ana y sus sufrimientos fueron mucho más grandes, ella sí era impotente ante ellos (los saqueos, la violencia física y sexual, su enfermedad...); su alma y su cuerpo se desgastaron mucho más profundamente y aún así conservó lo suficiente de su dignidad para no suicidarse y de hecho, sobrevivir, en una situación mucho más desesperada.

El resto de la historia, que tiene que ver y no con Clarinda, es también super interesante; esa perspectiva externa (española) de las poco organizadas y nada estratégicas luchas de la revolución mexicana, que no voy a decir que sea una representación correcta (asumo que la historia de México no esta de acuerdo), puesto que deja la impresión de que todo se hizo a la mala, no por todas las razones correctas, ni tampoco manejadas por las personas correctas y que una vez conseguida "la libertad" todo fue desorden, desmadre y desastre... demostrando? que el pueblo no podía gobernarse solo? No, no creo que la intención sea tan política y sí me parece literariamente válido mostrar las cosas desde ese otro punto de vista (al que los latinos no estamos acostumbrados). Finalmente si no es muy adecuado o justo con la realidad, sirve perfectamente de escenario y causa para la desgracia de Clarinda, quien es la protagonista de su historia, que no necesariamente muestra como sucedieron en verdad los hechos de esa otra gran historia en que ella se vio inmersa.

El cierre de este libro, que se empalma con el inicio, es de los más tristes para mi: Clarinda sola, abandonada, ajada, calva, llorando eternamente la muerte de su amor Felipe, con nada más que su Loro Bonito de compañía y dando la apariencia de estar medio loca... sentada al lado de su tumba mentirosa y su ángel sin cabeza, pero con esa dulzura y paz propia basada en que definitivamente si vivió y si amó. Para mi su atrevimiento, irresponsabilidad y locura de amor, se mantuvo en la medida de lo adorable y anhelable; es una simple cuestión de personalidad y, terminando con mi trio de chicas infieles, Clarinda tiene la mejor.

lunes, 11 de febrero de 2013

Madame Bovary... Emma, la Drama Queen

Gustave Flaubert dijo alguna vez: "¿Qué puedo escribir que sea más inofensivo que mi pobre Bovary, arrastrada por los pelos como una cualquiera...?" Y eso ayuda a definir lo que siento por Emma Bovary, es decir que para mi, Emma es ante todo cautivadoramente patética, lo que hoy se llamaría una "loser"; aunque es obvio que la gente de su época la viera más como una amenaza que como el ser ingenuo y vulnerable que realmente era.

No se exactamente porque, pero las desgracias y estupideces de Emma me resultan mucho más divertidas y atrayentes que las Ana (Karenina); supongo que es porque nadie llama a su libro una novela de amor, ni se espera que se sienta simpatía por ella, también esta el hecho de que además de ella no hay ningún otro personaje ni subplots interesantes en el libro. Emma es el centro de todo (aunque no hace acto de presencia hasta pasado casi un tercio del libro) y no hay quien le gane (esa es otra cosa que amo), en esta historia no hay héroes, no hay personas atractivas ni simpáticas (aparte de los amantes de Emma) y aunque a veces pueda parecer árido o aburrido, a mi me parece muy interesante. Es como que Charles y el pueblo eran tan, pero tan sosos que casi apoyas a Emma por despreciarlos y si no, al menos ves las obvias consecuencias de lo que hace, una y otra vez en una satisfactoria/frustrante serie de decepciones.

Sí, creo que es eso, Ana se hacia la víctima y Emma también, pero ella era una bitch, cruel y egoísta de forma más descarada; no se, tal vez es un asunto entre Flaubert y Tolstoi, es sólo que el primero hace que los engaños me resulten mucho más entretenidos. Por otro lado, Emma no era de la realeza, no tenía dinero, ni títulos, ni vestidos, ni amigos, ni lugares divertidos a donde ir... su frustración me parece más justificada, su existencia más triste y además que siempre me gusta recordar que Ana no se quejó de su esposo ni de su vida hasta que se enamoró de Vronski.

En cuanto a los hijos, ahí si la culpo tanto como a Ana; tal vez con la diferencia que la hija de Emma no fue deseada, ni buscada y creo que nunca realmente amada por ella. Por otro lado, Sergio (el hijo de Ana) existió mucho antes de que su madre se mostrara disconforme con su vida, ella lo adoraba o así lo decía. No es lo mismo nunca amar a un hijo e ignorarlo siempre, que adorarlo y luego dejarlo botado; no es que una cosa sea mejor que la otra (de hecho una es tan detestable como la otra), pero son diferentes.

Como libro e historia en general, Ana Karenina es mucho más amplio, complejo, profundo y fascinante; pero como personaje, Emma, no se... me divierten más sus desgracias, ahhh, como me encanta decir "grr.. Emma estúpida" mientras leo el libro.

Emma también se suicido, de una forma tan tortuosa, melodramática, dolorosa y horrible como Ana, incluso mucho más larga y angustiosa ya que hubo mucha espera hasta que el arsénico la matara y Charles tuvo que presenciar y sufrir toda su agonía junto a ella en una nada dulce venganza. Y hablando del marido, Charles amaba a Emma y él no se daba cuenta de lo infeliz que era, pero no por egocéntrico, sino por ingenuo; el nunca le hubiera hecho a Emma o tenido con ella las actitudes que Alexis Karenin tuvo con su esposa; finalmente era un doctor de pueblo y no un político oligárquico.

Emma Bovary, la bella mujer niña que no pertenecía ni merecía la vida que le tocó, era mucho para un soso pueblo o así pensaba ella; con miles de ilusiones infantiles y una terca necesidad de drama adolescente, es decir adolescente a lo Marissa Cooper (The O.C.), no de su época... lo que mi abuelita llamaría "una loca", en busca de aventuras y situaciones novelescas, que amaba más el hecho de tener un amante que al amante en si. Es su cualidad adolescente, fatalista y casi inocente lo que la convierte en una Drama Queen y eso la hace más atractiva y menos odiosa.

Ella resulta en si misma no una, sino "La" novela sobre una mujer no buena, no adorable, no víctima, no respetable, no valiente y definitivamente no admirable... la villana de su propia historia. Emma, peligrosa pero sólo para si misma (bueno y para Charles), autodestructiva como toda buena Drama Queen, buscándose sufrimientos y problemas para escapar del tedio. Esa mujer cuyo creador no podía entender por qué resultaba tan ofensiva, fue mi primer clásico europeo, me enseñó por qué un clásico es un clásico y Emma... Oh Emma, amo tu historia sin amor, sin felicidad, sin happy ever after; la historia de una mujer reckless, obteniendo su poco glamoroso merecido, muriendo de una forma tan vulgar como la vida e identidad de la que siempre quiso y nunca pudo huir.