El Túnel de Ernesto Sábato, es mi libro favorito de literatura latina, junto con La Casa de los Espíritus de Isabel Allende y Noticia de un Secuestro de García Márquez, de los que hablaré más adelante; pero amo El Túnel sobre todo por su capacidad de ser tan universal, de no utilizar esos elementos, a veces chocantes de las novelas latinas, las palabras soeces, las expresiones vulgares, los criollismos y esas actitudes de hombre y/o mujer latin@ exageradas; no digo que sean malas, son realistas, impresionantes, audaces, atrevidas, útiles para retratar ciertas cosas, son finalmente las características que distinguen a esta literatura... pero El Túnel va más allá, no usa ni necesita esas cosas y simplemente no puedo evitar sertirme más atraida por su aire europeo y a la similitud que encuentro entre el Buenos Aires que describe y el Londres de mi cabeza (ahh... y siempre he soñado con una pelicula del libro que use La Ciudad de la Furia de Soda Stereo como fondo musical para las caminatas sin rumbo de Juan Pablo).
La escritura del libro es elegante, atractiva, estimulante, rebuscada pero súper ágil, completamente adictiva, un libro de esos que se pueden leer en una noche, unas horas si no hay distracciones. Simplemente épico, memorable y para leerlo miles de veces. Es un libro de crimen, pero no de misterio, ya que desde la primera página se sabe quien es el muerto y quien el asesino; el punto no es descubrir un crimen sino saber como se llegó a él. Para nadie que haya leído El Túnel es un misterio como se puede pasar del amor al odio, del deseo de pertenencia al deseo de aniquilar, de la más intensa adoración al asco insoportable.
Juan Pablo Castel es apasionado, dramático, intenso, visceral, tan ridículamente neurótico y desesperado como Taylor Townsend o Gigi en He's Just Not That Into You (pero nada gracioso, claro está). Con muchas caracteristicas clásicas de un artista, pero no aplicadas a su arte, sino al amor, ¿genio no? Como se dice vulgarmente, un emo, pero en el sentido más sofisticado posible.
Y su amor por María Iribarne... amor enfermizo, fantasmal, intangible, irreal, stalkeante, obsesivo, tan violento y a la vez medio patético, como prácticamente la fuerza a algo que finalmente ella también quería y a pesar de ser él quien la buscó y la mató, de todas formas es ella la villana de la historia, ¿no?
Pero previo a eso, antes de conocerla, su obsesión y premeditación para encontrársela es adorable, algo cómica, como el inicio de una comedia romántica moderna, tan analítico, preguntándose una y otra vez ¿cómo la encuentro? ¿qué le digo? y su fabuloso trabajo mental para armar una conversación que iniciara como un encuentro casual y diera lugar a preguntarle por qué se fijó en la ventana de su pintura, lo que podía signifcar mucho o absolutamente nada. Es como si 500 Days of Summer fuera latina y más hipster y en la escena donde Summer le dice a Tom que ellos eran como Sid y Nancy, le hubiera dicho que eran como Juan Pablo Castel y María Iribarne... sólo que ella sí sería María.
Juan Pablo, para ser tan exigente y moralista en su relación con María, es bastante hipócrita (como muchos hombres) y básicamente un desastre total psicológicamente, lo bueno es que a diferencia de otras personajes, lo admite, lo que se traduce en más autocompasión, porque muy masculinamente, Juan Pablo es un egocéntrico. "Aunque yo sabía hasta qué punto era yo mismo capaz de cosas innobles, me desolaba el pensamiento de que también ella podía serlo, que seguramente lo era", prueba de la insensatez y doble moral de Juan Pablo, frase que va desde la representación de la neurosis de Castel hasta la eterna actitud masculina de esperar más bondad y pureza de las mujeres, para luego restregarles en el rostro, tanto si son en verdad más perfectas que ellos, como si son más "impuras".
Aún así es adorable y atractivo, tal vez por ser tán patético, porque estaba muy solo y era muy fácil para él aferrarse a cualquiera, tal vez porque María era una bitch innegable, tal vez porque la rápidez y violencia de sus acciones no deja tiempo para pensar si ella merecía o no lo que le pasó, además que lo que María sentía o pensaba en realidad (de hecho, como era en general) es un misterio que jamás se descubre; o tal vez simplemente porque es tan refrescante ver a un hombre amenazar con suicidarse para variar, de esa forma desesperada, drástica, patética, muy femenina y a la vez muy propia de Juan Pablo.
Para mantenernos encerrados y enfocados en la desgraciada y psicótica vida de Juan Pablo, no se encuentra en el libro ningún personaje cuerdo, que aporte algo de sanidad, coherencia o realidad a la historia, todo parece flotar en un limbo donde las cosas cotidianas no importan, no existen; de hecho no hay nadie más que sea fundamental aparte de Juan Pablo y María. Este encierro hace que las acciones de Juan Pablo no parezcan tan locas y desquiciadas, sino casi razonables, si te metes bien en la historia o si alguna vez has estado tan desesperadamente enamorad@ como él.
"¡Qué implacable, que fría, qué inmunda bestia puede haber agazapada en el corazón de la mujer más frágil!" Puede parecer cruel, pero es tan cierto, como mujer admito que la fragilidad se usa como arma, como careta para no enfrentar cosas y manipular a las personas y María Iribarne, a quien yo considero la BITCH más grande de todas, representa todas esas malas cualidades de las mujeres hermosas, exageradas por la visión desproporcionada de Juan Pablo, pero lo que no se puede negar es el engañar y practicamente burlarse del típico esposo tonto/bueno y ciego (literalmente), a quien manejaba y usaba como fachada de una vida decente... la triste y patética escena de Allende persiguiendo a Juan Pablo por la sala, tratando torpe e imposiblemente de alcanzarlo; es una perfecta representación de su impotencia en la situación y de lo ridículo que puede parecer todo lo que pasó: la relación de Juan Pablo con la mujer que desde el principio supo que era casada, que no podía ser suya, a la que jamás le pidió que dejara a su esposo y sabiendo además que ella tenía otras relaciones similares... ¿qué esperaba relamente Juan Pablo de su relación con María? Bueno, ni él lo sabía.
Uno puede sentir como se va armando todo para el quiebre, el momento anticipado, lo que se sabe que va a suceder, pero no cómo ni cuándo exactamente... y como cada vez que leo un posible desenlace o resolución del crimen en una novela de misterio, pongo un marcador grande para que tape la hoja y leo línea por línea, en este caso sabiendo que Juan Pablo está por matar a María, pero como si no lo supiera, como si fuera la primera vez que leo el libro... cuando sucede ya se sabe que todo está perdido, que no hay posibilidad de redención para Juan Pablo, que no le queda otra opción más que morir en la cárcel, eternamente atormentado por lo que hizo y eso es lo que pasa finalmente, es así como al principio del libro encontramos un Juan Pablo derrotado, cansado, hastiado; enojado y resentido con el mundo; odiando y quejándose de todo. En ese letargo y estado rendido, su única fuente de cordura o ¿consuelo? es escribir su historia para justificarse hasta cierto punto, para racionalizar, para buscar a alguien que vea lo que él vió, alguien que lo entienda, así como pasó con la pintura de la ventana; lastima que como él mismo dice, a la única persona que lo entendió, la amó tanto que tuvo que matarla. ¿Osea que si yo por amar tanto este libro, Juan Pablo podría querer buscarme, enamorarse de mi y matarme? Una idea fantasticamente terrible, pero atrayente... solo para mí?